Varonera y el patriarcado que sigue habitando en el inconsciente

Por Gustavo Radice

Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,
me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada.
Ni un rayo de luna
filtrado me haya.
Ni una margarita
se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca,
tú me quieres alba.
…………………….
(Alfonsina Storni)

La obra se nos presenta como si fuera un ejercicio de introspección en donde durante 50 minutos (aproximadamente) Rocío Passarelli intenta traer a la consciencia las marcas traumáticas del patriarcado que habitan en el inconsciente. Durante la obra lxs espectadores asisten a la fuerza y resistencia que hacen síntoma en el cuerpo: como dolores inexplicables en las manos, poses que tensionan el cuerpo, acciones que indican que algo del padecimiento psíquico de esta mujer en escena frente a la fuerza de los mandatos del patriarcado impactaran en su cuerpo. También la palabra que nombra y hace constantes alusiones, como por ejemplo, al vello corporal de la mujer, a la delgadez, al cubrir los pezones, y la constante mención a la carne, la carne quemada, la carne que se entrelazan con otras carnes. Aquello del orden de lo traumático sexual, que nos narra Rocío Passarelli, quiere retornar a lo consciente y ser verbalizado, ¿cómo poner en palabras la afección que se padece? ¿Qué palabras son las indicadas para nombrar la marca psíquica, la huella del patriarcado? Uno de los recursos que utiliza Rocío Passarelli es el chiste y ¿su relación con el inconsciente? Rocío Passarelli presenta el humor como un supuesto escape frente a la tensión de la agotadora lucha interna entre el deber ser de la mujer y el impulso por ser; intentos por deconstruir la construcción histórica de la subjetivad mujer. El chiste como acto del inconsciente, como un intento de retornar, como una evidencia de la violencia del patriarcado sobre el cuerpo de las mujeres. Varonera es un simulacro fallido de un acto biográfico que muestra retazos de un rompecabezas que se intenta armar; es fallido porque todo acto fallido muestra lo abismal del inconsciente y la imposibilidad de retornar al consciente con toda su fuerza. Por eso regresa en piezas pequeñas, en recuerdos de la infancia, en visiones sobre la muerte de otras mujeres que son la propia muerte, todo lo que se dice del otrx habla más de unx que del otrx. La negación, la resistencia, la sexualidad fallida, la identificaciones posibles, las que son y las fueron. Varonera recapitula el pasado buscando las ideas y los deseos. Rocío exhibe su cuerpo en arrebatos de excitabilidad, arrebatos de sensaciones corporales que son marcas de lo traumático de esta mujer que intenta reintegrarse a su pasado para entender, y que comprendamos su presente. Cada objeto en escena se nos presenta de manera caótica, artificial, desnaturalizada (la luz negra acentúa esta idea), ¿acaso el trauma no es caos? ¿Acaso la lógica del trauma deviene en acto caótico?

En un discurso, que tiene la estructura de la asociación libre, se entrelazan varías Rocíos: Rocío actriz, Rocío mujer, Rocío niña, Rocío adolescente, Rocío directora, Rocío dramaturga, planos entrelazados que tiene sus efectos en el cuerpo.  El patriarcado es un agente patógeno que traumatiza el cuerpo, es Carnaval (ese hombre/padre) que adoctrina y sexualiza el cuerpo de la mujer; es esa ley que reprime la energía sexual que moviliza el cuerpo de la mujer que busca su propio deseo y no el deseo del hombre. Varonera es un obra encubridora, porque detrás de las flores en el vestido, en los zapatos, en los objetos, en la ropa interior, en los colores brillantes y vibrantes se encuentra la violencia que sufren la mujeres. El grito, el llanto, el cuerpo desarticulado son expresiones sintomáticas que interpelan al espectador y desarticulan los posibles significados del lo que vemos y escuchamos, Rocío Passarelli produce un regresión en el llanto ahogado como estrategia para interpelar al espectador y que pueda transformar Varonera en una demanda de amor. Varonera, como todo acto de amor, es un acto de reflexión que deja bien en claro quiénes son las víctimas del patriarcado y que efectos produce el patriarcado en esas víctimas. Varonera no es una obra que condene explícitamente pero si señala; no es discursiva sino que pone en acto el problema; no moraliza sobre el deber ser pero si contiene una ética de la vida; Varonera no se construye sobre el prejuicio sino sobre el dolor, y es en estos últimos puntos donde la obra gana en eficacia, en estética y en intensidad. Finalmente queda flotando la idea de que ¿cada cuerpo expectante será el que intente resolver la falta, la frustración, las identificaciones fallidas, y finalmente, correr los velos  que recubren al objeto amoroso para así liberar a las subjetividades de la creencia en las diferencias entre los sexos?

Ficha técnica:
Actriz: Rocío Passarelli.
Registro audiovisual: Pablo Ceccarelli, Giuliana Nocelli.
Registro visual: Lucía Algán
Gestión cultural: Emilia Fernández Ladaga, Laura Alejandra Torres, Refo Szeifeld
Dramaturgia: Rocío Passarelli
Asistencia Dramatúrgica: Agustín Lostra
Coproducción: Galpón Momo Teatro y El Baldío Teatro
Dirección de arte y vestuario: Mara Mroczek, Estudio MSM
Colaboración artística: Julián Poncetta
Dirección: Antonio Célico

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